Me encantan las bodas de los pueblos porque aún conservan tradiciones que en la ciudad se han perdido como El enramado en casa de la novia, o mi preferida, la comitiva por parte de la familia de la novia que se acerca caminando hacia la iglesia. Son unos momentos únicos donde se dan situaciones muy espontaneas, y habiendo niños de por medio, muy divertidas.
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